La falta de participación femenina en el mercado laboral de la Unión Europea sigue representando una importante fuente de potencial sin explotar para las economías europeas. Como señala la Estrategia para la Igualdad de Género 2020-2025 de la Comisión Europea, los estereotipos de género y los modelos y redes dominados por los hombres continúan prevaleciendo en detrimento de las mujeres. Las mujeres representan el 52% del total de la población de la UE, pero sólo el 34% son autónomas y sólo el 30% de los nuevos empresarios son mujeres (WEgate, Comisión Europea, 2020).

El Covid-19 ha agravado sin duda los retos de la promoción empresarial femenina, así como los retos sociales de la violencia y la discriminación contra las mujeres (en la UE se ha producido un aumento del 60% de los casos de violencia de género durante la pandemia).